jueves, mayo 13, 2004

Oda a los compitas, edición #2, la nena de las nenas

Anaí es muy guapa
bastante, la maldita
es una molestia caminar con ella por la calle porque tanto transeúntes como conductores o ciclistas o lo que sea, se la pasan gritándole obscenidades

tiene unas bubis gigaaantes
y de niña era una perra, me caía bastante mal, nunca me prestaba sus juguetes...

una vez iba montada en su bicicleta y yo corriendo (no por gusto, la muy bitch no me la prestaba), se me adelantó unos metros, y volteó la cara para reírse de mí, cuando de repente se le atravesó un poste... no pudo haber sido más gracioso, ni sé como estuvo, pero la cosa es que la bici se patinó hacia atrás y Anaí quedó embarrada (literalmente) en el poste... se raspó la cara, se sacó todo el aire de la panza y yo, por mi parte, no podía dejar de reír (cabe mencionar que de regreso a casa yo iba montada en la bicicleta)

pero bien, el tiempo cambia a las personas

la quiero, es inteligentísima y graciosísima, no ha nacido la persona que me haga reír más que Anaí

es una molestia que fume todo el tiempo, sé que trata a los hombres como basuras, sé que es perfectamente capaz de maltratar a un perrito, sé que se roba cosas a veces, sé que puede escuchar que una humilde y numerosa familia se va a subir en el camión equivocado (un cardenal, de los caros y que va para el lado contrario de la ciudad), y no hacer nada por evitarlo... y una larga lista de etcéteras

pero yo defiendo que Anaí es tan buena como el pan