martes, abril 18, 2006

Música-destino

Tengo muchas ganas de salir de la ciudad, de subirme a un camión... ir observando cómo cambia el paisaje kilómetro a kilómetro... de dormirme en el asiento y despertar toda sudada y con la ropa pegada al cuerpo y toda cochina y brillosa y con el cabello pegado a la cara y con ganas de llegar a un hotel a bañarme con agua de algún otro lugar lejano a chapala...

Tengo unas ganas inauditas de ver llover... de oir llover y de oler llover... he soñado toda la semana con eso y siento cosquillitas en la panza de imaginarme en qué situación estaré cuando llegue la primera lluvia del verano... ojalá sea emocionante y bonito... ojalá esté sonriendo (mucho por dentro)


Tengo ganas de sentirme tan tranquila y contenta como me sentí hoy... aunque de hecho nada haya cambiado realmente... aunque me la pasé trabajando y dibujando encerrada en mi casa... tengo ganas de que la gente que quiero mucho me quiera mucho... eso es como un abrazo de agua salada, todo tibiecito y energetizante... quiero estar abrazante y abrazada... a veces un abrazo me conmociona...


Tengo unas ganas increíbles de conocer nuevos amigos... de pasear con los que tengo y que quiero tanto y de rayarlos con un plumón de aceite... que se encueren y yo los rayo... tengo ganas de rayar a todo el mundo...







Me emociona tanto cuando conozco un cuarto nuevo...

El de elsita, acomodado de una manera casi neurótica, hasta sus tanguitas las dobla y las acomoda...

El de anaí con sus miles de pósters y dibujitos...

El de adri que huele a talco para los pies...

El de otro compa, tenía las paredes rojas... antes hasta la luz era roja... eran otros tiempos...

El del kraepellin, con fotos de muchachas y muchachos encuerados...

El de belén, lleno hasta el tope de telas para hacer sus ropas todas bonitas y locas...

El de irving todo súper extraño, hasta con cucarachitas disecadas en posiciones sexuales...

El de pawis no lo conozco, ni el de zafiro...

una vez me perdí sola, a las once de la noche todo lejísimos de mi casa y me senté a media calle a ver la ventana donde se veía un tipo leyendo en su cuarto... y su pared estaba llena de máscaras y me di cuenta de lo mucho que me emocionaba conocer el cuarto de las personas... es un primer paso a conocer su mundo... y el mundo de alguien más es siempre sorprendente...

quiero sorprenderme mucho


quiero sorprenderme siempre